sábado, 8 de marzo de 2014

STONER (Tie jin gang da po zi yang guan, 1974)




Ésta es una de esas películas que es más interesante lo que hay detrás de ella que el film en sí. Sin duda. Y es que, si no supiéramos nada de ella, la veríamos como una aventurilla de “polis y malos” inofensiva cuyo mayor aliciente es que protagoniza el gran George Lazenby, sin duda uno de los actores más menospreciados e infravalorados de la historia.   Pero, ¿cómo se metió Lazenby en el proyecto? Eso es lo interesante. 

Debemos remontarnos al año 1972 o 73 cuando Bruce lee se encontraba preparando la que debía de ser su segunda película como director, Juego con la muerte, para la cual, necesitaba a un co-protagonista que diera vida a su compañero de bando. Imagino que pensó en varios nombres, pero fue George Lazenby el elegido finalmente. Lazenby comenzaba a ser conocido en aquel momento, al interpretar a James Bond en 007 al servicio secreto de su Majestad (1969), con la que le nominaron a un Globo de Oro. El actor australiano llegó a  firmar un contrato con Raymond Chow (y la productora Golden Harvest) en el que decía que protagonizaría varias películas de acción hongkonesas, y Juego con la muerte debía ser la primera. Como todos sabemos, Lee falleció prematuramente y aquella película se paralizó durante varios años, hasta materializarse en aquel desastre fílmico que se estrenó en 1978, ya sin Lazenby en el reparto.  Sin embargo, ese contrato firmado seguía existiendo, por lo que  Lazenby llegó a interpretar algunas películas de la casa de Chow. Una de esas obras es Stoner, un producto que en un inicio se confeccionó para ser un verdadero blockbuster protagonizado nada menos que por Bruce Lee, Sonny Chiba y Lazenby. Al morir Lee, Chiba pasó del proyecto y siguió con su carrera en Japón, pero Lazenby ya había firmado, de modo que no hubo vuelta atrás para él. De la dirección del film se encargó el bueno de Huang Feng (del que en este blog ya reseñamos Naked comes the huntress -1978) y en sustitución de Lee se optó por cambiarle el sexo al personaje y que lo interpretase la actriz fetiche del cineasta, Angela Mao, excelente artista marcial de carrera ascendente por aquellos años.  El desconocido Jôji Takagi reemplazó a Chiba, y por la trama en roles secundarios encontramos a Betty Ting Pey (quien también iba a estar en Juego con la muerte, pero famosa en la historia dado que Lee falleció en su casa) y a los imprescindibles Sammo Hung, Yuen Biao y Yuen Wah (éstos dos últimos, en realidad ejerciendo de extras). 

El argumento es sencillísimo y parece en realidad escrito en una tarde: una nueva droga amenaza a la ciudad. Quienes la consumen ven incrementado su apetito sexual y en dosis elevadas puede provocar la muerte. Dos agentes de la Ley de distintos países (Mao y Lazenby) trataran de desmantelar a los traficantes. La sombra del éxito de Operación dragón (1973) es alargadísima, y aunque aquí no haya ningún campeonato de artes marciales de por medio, la idea de asemejarse a ese look norteamericano de los 70 y algunos conceptos de guión (los sótanos subterráneos donde se fabrican las drogas, escenario perfecto para las luchas finales) no dejan ninguna duda de lo mucho que caló el film de Robert Clouse.  Es cierto que en las escenas marciales George Lazenby no es precisamente un fuera de serie (aunque en la pantalla trate de serlo), pero lo compensa con creces con ese carisma que desprende durante todo el metraje (es un gran actor, véase por ejemplo el sublime giallo que protagonizó, ¿Quién la ha visto morir?  de 1972). Además, para deleitarnos con las peleas ya tenemos a Angela Mao o a Sammo Hung, quizá no en sus mejores papeles, pero cumpliendo de sobra, eso sí, con su cometido.

Por supuesto que Stoner no es una gran película, ni mucho menos. Se nota que el cineasta Huang Feng metió el piloto automático a la hora de dirigir, la historia no cuenta absolutamente nada (olvídense del rollo filosófico que sí se marca la mentada Operación dragón), algunos combates pueden resultar acartonados, etc. Sin embargo, le tengo cierta simpatía al film al estar protagonizado por un actor que me chifla y por pensar mientras lo veo en lo que “pudo haber sido y no fue”.       


Puntuación: 7/10

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