martes, 20 de mayo de 2014

SIN CÓDIGO DE CONDUCTA (No code of conduct, 1998)


Si hay algo que le encanta a la familia Sheen-Estevez es ese juego de mezclar realidad-ficción en la pantalla. Basta ver el tipo de papel que Charlie Sheen interpretaba en la serie Dos hombres y medio
(una caricatura de él mismo) o como en The Way (2010) Martin Sheen y Emilio Estevez interpretaban a padre e hijo, por poner dos ejemplos. Son mediáticos, y muy conscientes de ello, llevan jugando a esto muchos años. Y personalmente no me molesta en absoluto, al contrario, me hace gracia y si puedo no me pierdo ninguna de sus películas. Sin código de conducta es una de ellas. Aquí es Charlie Sheen quien lleva la batuta, protagonizando, escribiendo y produciendo una ligera buddy-movie (el experto en artes marciales Mark Dacascos es su fiel compañero) en la que da vida a un policía envuelto en un caso de tráfico de drogas. Martin Sheen interpreta, cómo no, a su padre, dando vida a un experimentado agente de la ley. Completa el cast Joe Estevez (hermano de Martin en la vida real) como el mecánico de la comisaria. No se aclara en el guión, pero perfectamente podría ser también un familiar en la ficción.

Pero más allá de disfrutar del juego de los Sheen, Sin código de conducta es una entretenida cinta de acción, fácil de seguir, sin complicación alguna a la que quizá debamos recriminar lo poco que se luce Dacascos. Aunque queda claro que su personaje es un hombre de acción (lo demuestra con sus saltos, sus patadas, la manera de moverse, etc.) sus intervenciones pueden parecer escasas, siendo el clan Sheen el auténtico protagonista de la función Aun así, debe verse si se pretende complementar la filmografía del protagonista de Crying Freeman (1995).

Como curiosidad, el director de la película no es otro que Brett Michaels, vocalista de la banda de rock Poison (cuyo tema "Every rose has its thorn" es un clásico que siempre me encantó). Su faceta de cineasta, aunque escasa, es interesante y no se le puede acusar de mal realizador. Por otro lado, señalar que Charlie Sheen aparece en este filme acreditado como “Charles Sheen” en un intento de orientar su carrera hacia un estilo más adulto...jugada que le duró únicamente unos cuatro años (a mediados de los 90) volviendo pronto a su faceta original. Aún así, en aquella época “seria” encontramos otros dos títulos rescatables: la agradable Postmortem (1998) de Albert Pyum y el drama independiente Amigos hasta el final (1999).

Puntuación: 4/10

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