miércoles, 7 de septiembre de 2016

SALE EL DRAGÓN, ENTRA EL TIGRE (Tian huang ju xing, 1976)


Cinta de acción construida a partir de una falsa suposición en relación a la muerte de Bruce Lee y todo lo que ello repercute en los diferentes personajes de su alrededor. El protagonista es un joven apodado “El Tigre”, interpretado por el clon Bruce Li, aquí dando vida a un alumno aventajado de del Pequeño Dragón. La narración se inicia el 17 de julio de 1973, tres días antes del fallecimiento del original Bruce Lee; éste (también con el rostro de Li) le dice a su discípulo que si un día muere, él será su sucesor. A los pocos días Lee fallece, estando en compañía de la también actriz Susie Yang (interpretada por Hsin-Yi Chiang, quien de alguna manera da vida a un clon de Betty Ting Pei). “El Tigre” queda destrozado por la pérdida y con la ayuda de un periodista amigo suyo, tratará de averiguar quién es el verdadero culpable de la muerte de su maestro.

En la línea de obras como ¿Quién mató a Bruce Lee?, se trata del típico filme de la corriente bruceploitation, uno de esos “what if...” ultra freaks de venganzas protagonizados por los supuestos amigos de Bruce Lee que pueden llegar a ser divertidos, siempre que se decida aceptar las reglas de su sucio juego. Dirigida por Lee Tso Nam (responsable de las reivindicables Hong Kong Connection y Kung Fu Magic), su mayor acierta radica en el hecho de introducir en la trama elementos de cintas protagonizadas por Bruce Lee buscando la complicidad con el espectador. De este modo, veremos como Bruce Li-”El Tigre” se disfraza de vendedor de periódicos y de operador de teléfonos para lograr entrar en la guarida de los villanos...¡del mismo modo que Lee hizo en Furia oriental! En otra escena, “El tigre” llega a un gimnasio regentado por gangsters... y una luchadora decide enfrentarse a él... ¡vistiendo un chandal amarillo con cierta similitud al que aparece en Juego con la muerte!. Lo dicho, diversión freak para un sub-producto propio de una moda ya pasada, que pese a sus múltiples errores (ritmo inestable, algunas malas interpretaciones...) guarda también algunos aciertos, como un climax final ambientado en una playa francamente conseguido.

Para concluir, mencionar que la película cuenta con dos constantes de las bruceploitations: por un lado, la inclusión en le metraje imágenes de archivo del funeral de Bruce Lee (con sus consecuentes cameos accidentales, en este caso Bolo Yeung, George Lazenby y Brandon Lee, entre otros), por otro, la utilización de un cartel al final del filme que nos advierte que todos los hechos que hemos visto en el largometraje son ficticios y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Sin más comentarios...

Puntuación: 6/10

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