sábado, 30 de enero de 2016

STREET FIGHTER: ASSASSIN´S FIST


El fenómeno de las fan-movies no es algo en absoluto novedoso. Lleva varios años funcionando y no es extraño encontrar circulando por la red cortometrajes o trailers falsos que hacen las veces de homenaje a personajes míticos de películas, videojuegos o cómics. Ejemplos los tenemos en piezas basadas en Superman, Evil Dead, Batman, Dragon Ball, Mortal Kombat o Los Cazafantasmas. Por supuesto, las intenciones y aspiraciones de los correspondientes realizadores distan mucho dependiendo de quien sea el ejecutor. En algunos casos se trata sencillamente de un juego divertido: agarrar una cámara, unos disfraces y pasarlo en grande emulando a los héroes de turno. Pero también se conocen fan-movies mucho más ambiciosas realizadas con el objetivo de penetrar dentro de la industria cinematográfica (fue el caso de Sandy Collora, conocido técnico de efectos especiales que llamó la atención en 2003 con Batman: Dead End, cinta de ocho minutos en la que El Caballero Oscuro se enfrentaba a “Predators” y Aliens).

Esta breve introducción sirve para contextualizar siquiera mínimamente el origen de este Street Fighter: Assassin´s Fist que nos ocupa. Todo arrancó el pasado 2010, cuando el actor y artista marcial Joey Ansah escribiese junto a Christian Howard el guión para un fan film sobre Ryu y Ken Masters, los verdaderos protagonistas de Street Fighter, el videojuego de lucha más popular del planeta, propiedad de la empresa japonesa Capcom. Contando con Owen Trevor (realizador con cierta experiencia en la televisión británica) como co-director, y con el título de Street Fighter: Legacy, el corto poseía una duración de poco más de tres minutos y se centraba en un combate en mitad del bosque entre Ryu y Ken, con una factura técnica más que correcta y un interesante espíritu de fidelidad con la idea original del juego (vestuario, movimientos de los personajes, soundtrack, incluso motivaciones); el metraje obtuvo un importante número de visitas en Internet, lo cual generó que pocos años después Ansah y Howard (este último, por cierto, encargado de dar vida a al norteamericano Ken) pudiesen desarrollar Street Fighter: Assassin´s Fist, una miniserie on-line mucho más ambiciosa que tuvo la fortuna de contar con el apoyo de Capcom para su realización y distribución. En nuestro país el proyecto ha salido a la venta de la mano de Tema Distribuciones en formato de largometraje en una operación similar a la que conocieron otros seriales en el pasado, caso de The Green Hornet o The Amazing Spider-man; esto es, unir los episodios eliminando posibles transiciones, formando una única película de cara al público.

 La historia de Street Fighter: Assassin´s Fist se centra en las mentadas vivencias de Ryu y Ken, dos amigos y excelentes luchadores que son entrenados por Goken, un maestro de artes marciales que oculta un tenebroso pasado familiar. Dado que de momento únicamente he visionado este largometraje editado en España, quizá no me vea capaz de realizar una valoración total de la historia (al llegar los créditos finales da la sensación de que la aventura no concluye y se queda a medias, probablemente debido a que faltan capítulos o a que coincide con el típico cliffhanger de final de temporada). No obstante, sí puedo comprobar como se consigue el objetivo de homenajear decentemente a la saga videojueguil en lo que se refiere al tratamiento de la historia (el guion trata de reproducir fielmente la trayectoria de los personajes y no descansa en ofrecer guiños a los seguidores -el origen de la cinta roja de Ryu, por ejemplo-), así como el diseño de producción, banda sonora y demás aspectos técnicos, a pesar de que la propuesta no cuenta con un presupuesto demasiado elevado. Respecto a las coreografías de las peleas (pieza fundamental, no lo neguemos) tienen el inconveniente de querer parecerse excesivamente al original, de modo que en determinadas escenas una serie de movimientos realistas y bien ejecutados por los actores son interrumpidos de golpe por la irrupción de efectos especiales que concluyen en la ejecución de una llave famosa de la saga, como puede ser un shoryuken que, además, es gritado en voz alta por el personaje, tal como ocurría en el juego. Dicho de otro modo, a mi juicio el lenguaje de una recreativa no es el mismo que el de una propuesta televisiva/cinematográfica, y querer que así sea, puede suponer caer en un peligroso ridículo.

Pero en términos generales, se puede hablar de Street Fighter: Assassin´s Fist como de una buena adaptación, un interesante ejercicio de fanatismo bien entendido y efectuado con buen juicio. Claro está que no es la primera vez que  los personajes de este clásico protagonizan una historia de ficción en formato audiovisual. Ahí está la magistral Street Fighter II: La película (Sutorito Faità II gekijo-ban, 1994), que dirigida por Gisaburo Suggi, continúa quedando como la mejor transposición  de los personajes de Capcom a la gran pantalla, jugando a su favor el hecho de tratarse de una cinta de animación, por lo que ciertos inconvenientes que puedan aparecer en un filme de imagen real pueden darse por aceptados. Y eso sí, la propuesta de Joey Ansah es siempre preferible a los dos títulos hollywoodienses protagonizados por actores de carne y hueso existentes hasta la fecha: el desaprovechado Street Fighter: La leyenda (Street Fighter: The legend of Chun-Li, 2009) (¿de quién fue la idea de que un integrante de los Black Eyed Peas interpretase a Balrog -Vega en nuestro país-?) o el directamente ofensivo Street Fighter, la última batalla (Street Fighter, 1994), proyecto que cayó en las manos del realizador Steven E. De Souza, persona absolutamente desconocedora del producto que estaba tratando, tal y como demostraron las preocupantes declaraciones que ofreció durante la promoción del filme: en el videojuego (Street Fighter) lo único que hacen los personajes es pelear y gruñir, son planos y bidimensionales, no se sabe nada de su carácter, ni de sus hobbies, simplemente no hay historia. Me tuve que inventar todo un argumento inspirándome tan sólo en el aspecto de los personajes y en los decorados de las pantallas (1) (sic).

Terminemos mencionando al reparto. Christian Howard repitió en el rol de Ken Masters, pero para la ocasión Mike Moh sustituyó a John Foo en el papel de Ryu. Decir que tanto Howard como Moh ofrecen buenos trabajos frente a la cámara, dotando de credibilidad a unos personajes bien conocidos por todos. También son destacables las participaciones de Togo Igawa (El último samuráiThe last samurai, 2003) y de Akira Koieyama (La leyenda del samurái: 47 Ronin47 Ronin, 2013), así como la del propio director, Joey Ansah, dando vida al misterioso Akuma.  Aunque sin duda el rostro más llamativo para el aficionado al cine de género es el de Hal Yamanouchi, excelente actor japonés que en los años 70 se trasladó a Europa e inició una interesante carrera cinematográfica participando en títulos como 2020 – Los Rangers de Texas (Anno 2020, I gladiatori del futuro, 1982) de Joe D´Amato, 2019, Tras la caída de Nueva York (2019, dopo la caduta di New York, 1983) de Sergio Martino o Roma, año 2072 D. C.: los gladiadores (I guerrieri dell´anno 2072, 1984) de Lucio Fulci; aquí, Yamanouchi da vida al mayordomo del Sensei, un papel demasiado breve por desgracia, que quizá gané en participación en futuras entregas.


1: Cita extraída del ejemplar #207 de la revista “Dojo” (artículo realizado por Pedro Conde y Eric Jalain).

Puntuación: 6/10